“Pedid la paz de Jerusalem: sean prosperados los que te aman” (Sal. 122:6).
“Malditos los que te maldijeren” (Gn. 27:29; Jer. 26:18. 15:5; Miq. 3:12).
En el año 587 a.C., Jerusalem fue atacada y destruida por las legiones de Nabucodonosor, y los Judíos fueron llevados cautivos. Pero a su tiempo cayó el imperio babilónico.
Los persas (el imperio siguiente), fueron moderados y tolerantes. Bajo Artajerjes I, Nehemías reedificó Jerusalem. Pero ahora, ¿dónde están esos imperios? (430 a.C.).
Después, con la llegada del imperio griego, Jerusalem fue devastada nuevamente en el año 198 a.C., el Templo fue profanado, sacrificaron animales inmundos sobre el altar y erigieron ahí un altar a “Júpiter”. Todo esto a cargo de Antioco Epifanes, adversario acérrimo, en su esfuerzo salvaje para exterminar a los Judíos. Miles de Judíos fueron vendidos como esclavos y sometidos a todas formas de tortura para obligarles a renunciar a creer en el Único Dios. Mas cayó también el imperio griego (146 a.C.).
Pasando los años, la ciudad de Jerusalem fue reconstruida por Herodes bajo el imperio romano, mas en el año 70 de nuestra era, Jerusalem fue asaltada y destruida por los romanos, comandados por el general Tito; los Judíos fueron llevados cautivos y esparcidos por todas las naciones de la Tierra. Pero el imperio romano también cayó (1806).
En el año 637, los mahometanos se apoderaron de Jerusalem. Después los cruzados en el año 1099, luego los turcos otomanes en 1517 y al final los ingleses en el año 1917. Pero, ¿dónde están ahora todos ellos?
El Holocausto: los Nazis alemanes organizaron la más cruel e inhumana persecución en contra de los Judíos, a fin de exterminarlos. Según cálculos que se han hecho, se sabe que durante de la Segunda Guerra Mundial murieron asesinados en las formas más brutales más de seis millones de Judíos. Todo esto aconteció en las naciones denominadas “cristianas”. Mas cayó Hitler y la Alemania Nazi también (1945). Al mismo tiempo hay guerra contra los árabes, quienes también habitaban en Jerusalem.
Después de muchas batallas y de muchos arreglos diplomáticos, el 14 de mayo de 1948, se proclamó la independencia de Israel, en acatamiento a la resolución tomada por la ONU en ese sentido, el 29 de noviembre de 1947. Pero en esta ocasión, lo que es la Antigua Ciudad, la Ciudad de David, quedó bajo la autoridad del rey Abdullah, de Jordania. La nueva ciudad progresista con industrias modernas, hospitales, escuelas, etc., que están al norte y al occidente, quedó bajo la autoridad de los Judíos. Pero el 6 de junio de 1967, después de la guerra milagrosa de “Los Seis Días”, la Ciudad Antigua, donde el Templo de Dios estuvo, pasó a manos de sus legítimos dueños, los Judíos (profecía cumplida: “De la higuera brotaron sus hojas”, Mr. 13:28).
Hasta el día de hoy ese pueblo (los Judíos), es víctima de discriminación y desprecio. Aun muchos evangélicos lo siguen acusando de que “ellos han dado muerte a Cristo”. Pero fueron los príncipes entre los Judíos quienes pidieron Su muerte porque estaban cegados por Dios mismo ( Jn. 1:11-12; 1 Cor. 2:8; 2 Cor. 3:14-15; Rom. 11:25). Y Dios no los ha desechado (Rom. 11:1), pues “la salud (salvación) viene de los Judíos” ( Jn. 4:22).
Dios te bendiga.
Pastor Efraim Valverde, Sr.
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