“Hemos regresado a Jerusalem, nuestra Ciudad amada, para nunca más volverla a dejar” Jefe Rabino Shlomo Goren.
“¡El Monte del Templo está en nuestras manos, el Monte del Templo está en nuestras manos!” Motta Gur, líder de la brigada de paracaidistas de reserva.
“¡Cuánto te ha amado mi Dios, bendita Jerusalem!” Pastor Efraim Valverde, Sr.
Hoy nos gozamos junto con Jerusalem y cada Judío en el mundo entero. 7 de Junio de 2020 para los gentiles en el Calendario Gregoriano, 53 años desde que la Tierra Santa regresó a manos de sus legítimos dueños, 53 años desde que el “hasta” del que nos habló nuestro Dios y Salvador Jesucristo se cumplió (Lucas 21:24).
Fue el 7 de junio de 1967, a las 10:30 am, que llegó el tiempo profetizado de aquel “hasta” (Lucas 21:24). Fue cuando la exclamación de Motta Gur, líder de la brigada de paracaidistas de reserva, se anunció por los canales militares de comunicación: “¡El Monte del Templo está en nuestras manos, el Monte del Templo está en nuestras manos!”. Y el Jefe Rabino, Shlomo Goren, exclamó las siguientes palabras estando en la Pared de los Lamentos, después de haber orado y tocado el shofar: “Hemos regresado a Jerusalem, nuestra Ciudad amada, para nunca más volverla a dejar”. ¡La Ciudad Antigua de Jerusalem, con su centro en el Monte del Templo, en las manos del pueblo Judío! Después de 1897 largos y dolorosos años de que Jerusalem fue hollada por los gentiles, ¡el Señor cumplió Su Palabra!
Y así fue que, pasadas dos semanas, después de la guerra milagrosa de Los Seis Días, el gobierno de Israel decidió unir la Ciudad Antigua de Jerusalem con la ciudad moderna, proclamando a Jerusalem como la capital eterna de Israel. “Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalem; Jerusalem, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus del Señor (lo cual es ordenanza para Israel), conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el Nombre del Señor” (Salmos 122:2-4).
El Señor ama a Jerusalem, es Su Ciudad escogida. “Grande es el Señor y digno de ser en gran manera alabado, en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de Su santuario… Como lo oímos, así hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: Afirmarála Dios para siempre” (Salmos 48:1-8). Por eso es que esta es “la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:35). Los designios y propósitos del Señor para esta Ciudad son gloriosos. Y el tiempo de Dios llegó, el cual sólo Él conocía, en que Jerusalem iba a dejar de ser “hollada por las gentes (estar bajo control de naciones gentiles)”, cuando “los tiempos de las gentes (el espacio de tiempo determinado por Dios para que Jerusalem estuviera bajo el control de naciones gentiles) sean cumplidos”. Además, ya cumplido este “hasta”, anunció y señaló que “el tiempo de los gentiles” (tiempo o Era de la Gracia), está por terminar, se ha cumplido (Lucas 21:24; Romanos 11:25).
Las naciones del mundo se han unido para ver cómo dividir a Jerusalem. Nos dice el Señor por medio del profeta Zacarías, que va a llegar el tiempo en que las naciones unidas se pondrán en batalla contra el pueblo Judío por Jerusalem (Zacarías 12:2). Y nos dice también el Señor que la mitad de la Ciudad irá en cautividad (Zacarías 14:2). Pero el Señor no nos dice que la Ciudad será dividida. ¿Por qué? Porque el Señor no lo permitirá. Pues es cuando nos dice en Su Palabra que, “saldrá el Señor, y peleará con aquellas gentes, como peleó el día de la batalla. Y afirmaránse Sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está enfrente de Jerusalem” (Zacarías 14:3-4).
Aranza Gleason dijo:
“Casi para ningún Judío es fácil hablar de Jerusalén. Para mí permanece como la ciudad de los sueños rotos y los sueños concretados. Es el centro del Judaísmo, el lugar más sagrado de nuestra tradición, y la ciudad que concentra con mayor intensidad la historia del pueblo Judío. Al mismo tiempo, es una de las ciudades más complicadas y peligrosas del país. Soñamos con ella por dos milenios y aunque nos fue dada, aún no se siente nuestra. Hay algo que nos recuerda la falibilidad del momento actual, en cualquier minuto la podemos volver perder. Oramos todos los días por su reconstrucción, celebramos la paz y la libertad de la que gozamos, pero aún así esperamos el momento en que llegue el MESÍAS para liberarla plenamente. Para el Judío de la Diáspora es algo así como “la tierra de leche y miel”, un sueño que persigue constantemente y no termina de vivir plenamente. Mientras que para el Judío que vive en ella, es la casa que se ve en la necesidad de defender, la ama plenamente y agradece por ella; sin embargo, no le fue dada gratis, hubo un precio muy alto”.
Nombramos ahora un poco de la historia desde el principio de los tiempos de lo que ha sido Jerusalem, así:
Año 1676 AC, “Abraham e Isaac en el Monte Moriah (Jerusalem)”. Año 957 AC, “Primer Templo en el reinado de Salomón, hijo de David”. Año 720 AC, “Destrucción del Primer Templo y exilio babilónico”. Año 516 AC, “Segundo Templo por Zorobabel y Ciro”. Año 332 AC, “Conquista Romana”. Año 167 AC, “Macabeos liberan el Templo”. Año 67 AC, “Periodo Romano”. Año 40 AC, “Herodes embellece el Segundo Templo”. Año 70 DC, “Destrucción y Esparcimiento del pueblo Judío (incluido Jerusalem -Daniel 12:7.11 y Lucas 21:24-)”. Año 132-135 DC, “La Rebelión de Bar Kojba”. Año 613-617 DC, “Conquista de Persia”. Año 638 DC, “Conquista Musulmana”. Año 1099 DC, “La Primer Cruzada y La Sangrienta Masacre de Judíos y Musulmanes”. Año 1210-1258 DC, “300 Rabinos de Inglaterra y Francia vienen a Jerusalem”. Año 1204 DC “Maimónides visita el Monte del Templo”. Año 1260-1517 DC “Periodo Mameluco”. Año 1492 DC, “Expulsión Española y muchos Judíos vuelven a Jerusalem”. Año 1535-1538 DC “La Conquista Otomana y Suleiman el magnífico reconstruye los Muros”. Año 1700 DC “La Aliya Jasídica”. Año 1860 DC, “Jerusalem se Expande Construyendo fuera de los Muros”. Año 1864 DC, “Mayoría Judía Documentada por Cónsul Británico”. Año 1882 DC, “La Aliya Yemenita”. Año 1917 DC, “El Mandato Británico de Construir un Hogar Nacional para el Pueblo Judío”. Año 1929 y 1939-1945 DC “Judíos Masacrados en todo el País, Jerusalem y Hebrón. El horrendo Holocausto, en donde más de 6 millones de Judíos fueron aniquilados sistemáticamente”. Año 1947 DC, “El Cuerpo se Separa, la ONU Declara a Jerusalem una Ciudad Internacional con Futuro”. Año 1948 DC “Jordania Conquista la Ciudad Vieja”. Año 1967 DC, “La Guerra de Los Seis Días, Jerusalem Unida (Daniel 12:7 y Lucas 21:24)”.
“Y serán como valientes, que en la batalla pisan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque el Señor será con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados. Porque Yo fortificaré la casa de Judá, y guardaré la casa de José; y harélos volver, porque de ellos tendré piedad; y serán como si no los hubiera desechado; porque Yo Soy el Señor su Dios, que los oiré” (Zacarías 10:5-6). “Pues ha echado el Señor delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido parar delante de vuestro rostro. Un varón de vosotros perseguirá a mil: porque el Señor vuestro Dios pelea por vosotros, como Él os dijo. Por tanto, cuidad mucho por vuestras almas, que améis al Señor vuestro Dios” (Josué 23:9-11). Tal y como hizo Dios con Su pueblo Israel en la antigüedad, lo hizo en la Guerra de los Seis Días, y hoy lo sigue haciendo.
Mordejai Hod, declara el día 5 de junio de 1967, a las 8:00 am, a los combatientes de la Fuerza Aérea de Israel, dando la orden para salir al ataque:
En esta Guerra Milagrosa de los Seis Días, Israel se enfrentó con tan solo 50,000 soldados y 197 aviones a 5 naciones árabes, Egipto (240,000 soldados), Siria, Jordania, El Líbano e Iraq (307,000 soldados, 957 aviones de combate y 2,507 tanques de guerra). Donde pudimos ver la mano del Dios de Israel que obró en una manera sorprendente, pues no solo ganaron la guerra enfrentando a una multitud imposible de vencer (humanamente hablando), sino que reconquistaron la Ciudad Amada de Jerusalem. La Ciudad vuelve milagrosamente a manos de sus legítimos dueños en el año de 1967.
Pérdidas en la Guerra de los Seis Días (Josué 23:9):
Iglesia del Señor, “Gozaos con los que se gozan: llorad con los que lloran” (Romanos 12:15). Nos gozamos con el pueblo Judío en estos días por la Reunificación de 53 años de la Ciudad Antigua de Jerusalem. Pero también lloramos con el remanente fiel entre el pueblo Judío, que lloran y claman anhelando la Reunificación con el Mesías de Israel.
Al cumplirse 53 años en este día, de la reunificación de Jerusalem (7 de junio de 2020), RECORDAMOS también los sufrimientos de la Ciudad amada de Dios, y oramos por su paz, la cual sólo el Rey de Salem traerá.
El Señor nos dice a través de las señales: “Vengo en breve”. Y nosotros, quienes le amamos, anhelamos y esperamos en Él, clamamos, diciendo: “¡Ven: Señor Jesús!” (Apocalipsis 22:20).
Notas y Referencias:
Pastor Efraim Valverde, Sr. y Efraim Valverde III “Revista Maranatha, abril 2017”.
Hebrewuniversity “sitio web en Instagram”.
Enlace judío “sitio web: 53 aniversario de la reunificación de Jerusalén”.
Auroraisrael: Conferencia Roni Kaplan, “la mano de Dios en el Israel moderno”.
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